Del 27 de Abril al 28 de Julio 2017
INTERSECTION nace de la colaboración entre dos galerías de Madrid: Machado-Muñoz, centrada en objetos de diseño y Parra & Romero, de arte contemporáneo. Tal y como su título indica, la exposición supone una intersección entre piezas de diseño y una serie de obras que abstraen asimismo el concepto tradicional de objeto de arte, tendiendo a desmaterializarlo. Los marcados parámetros formales y estéticos en los que se basa la línea de cada una de las galerías permite reunir objetos pertenecientes a una y otra en un espacio blanco y negro en el que el elemento visual, funcional, arquitectónico e incluso sonoro se enlazan e incluso se funden.
INTERSECTION, en resumen, propone una yuxtaposición entre arte y diseño que escapa y cuestiona deliberadamente las categorizaciones tradicionales de distinción entre uno y otro. No se trata de repetir los postulados fundacionales de la Bauhaus, que defendían una indistinción entre el arte y el diseño, sino de mostrar que los modos actuales de producción de objetos, ya sean de uno u otro tipo, dejan cortas u obsoletas las categorizaciones tradicionales que los definían y delimitaban. Las propuestas de INTERSECTION llevan al límite la definición canónica del objeto artístico y de diseño –obras desmaterializadas, piezas únicas y a la vez útiles, objetos de arte camuflados como cotidianos y viceversa- para poner sobre la mesa las dificultades y contradicciones que conlleva en nuestro tiempo establecer definiciones y taxonomías tanto en el campo del arte como del diseño, ya sean éstas referidas al ámbito de la función, de la finalidad, la unicidad, la belleza, la manufactura o incluso la objetualidad.
Las pinturas murales de Stéphane Dafflon y Philippe Decrauzat funcionan como marco para el resto de la exposición, camuflando su presencia en los muros al mismo tiempo que alteran, de manera más o menos sutil, la percepción espacial de las salas.
Los taburetes Rayuela de Álvaro Catalán de Ocón estudian cómo la repetición de un mismo módulo puede dar lugar a una entidad nueva y diferente. Así pues, la repetición del triángulo da lugar al rombo y éste a su vez al hexágono; la conjunción de un gran número de taburetes genera una nueva superficie que se asemejaría a un suelo elevado; la combinación de superficies lisas en tres colores diferentes crea una ilusión de tridimensionalidad, etc.
Otro camuflaje arquitectónico es el que realiza la pintura de Martina Klein, pero esta vez no fusionándose con los muros sino emulándolos ella misma. La composición pictórica aparece articulada en el espacio en lugar de en el plano, dando al espectador la posibilidad inhabitual de desplazarse alrededor del cuadro. De una manera similar, el Maze de Philippe Decrauzat sugiere desde la planitud del lienzo una ilusión de volumen a partir del contraste de blanco y negro.
La falsa puerta de Stefan Brüggemann juega también no sólo a pasar desapercibida, sino incluso al engaño visual, simulando ser algo que no es realmente. Este sentido de la perfecta mímesis que hace confundir el arte con la realidad supone recurrir a un tema que ha sido primordial a lo largo de toda la historia del arte desde el mito de Zeuxis y Parrasio, solo que lanzando un mensaje con el tono irónico, contemporáneo y nihilista que caracteriza a Brüggemann: no hay salida (por mucho que lo parezca). La negación, tanto de la existencia propia como de su carácter de obra de arte, se encuentra asimismo presente y multiplicada en el vinilo de pared del mismo artista This work is realized when it is destroyed.
El espacio en el que se integra el Ejercicio Temporal 4 de Lucas Muñoz Muñoz no es tanto el físico de la galería sino el social y de consumo: se trata de un objeto en el que la que la función viene definida por la cantidad y el volumen de material, calculada a partir de una información de las Naciones Unidas sobre producción y consumo en España.
The Thread Wrapping Machine y Side Table Rubber Black, de Antón Álvarez y Fredrikson Stallard respectivamente, se centran en reflexionar sobre sus propios sistemas de producción y aportar posibilidades nuevas al respecto. La pieza de Álvarez subvierte el método tradicional de carpintería sustituyendo la estructura interna de una pieza por una externa, como una especie de exoesqueleto que la mantiene unida y a su vez aporta el elemento decorativo. La de Stallard, por otro lado, trata de crear una relación significativa entre el trabajo realizado por la mano y el ordenador, mostrando su capacidad para compaginar la imprevisibilidad del material con la precisión técnica.
La más inmaterial de las piezas presentadas en la exposición es la pieza sonora de Robert Barry, Variations 6, que lanza al aire una palabra cada treinta segundos. De esta manera, el silencio, el no-registro sonoro, se convierte en protagonista, ya que toma entidad propia al constituirse como tiempo de espera a que llegue una palabra que nada más es puro sonido, ritmo, despojada de significado.