Castellano Brutalista

-
Von Pelt
19 Nov 2015
-
02 Apr 2016

El “estilo castellano” y el “Remordimiento Español”, son dos conceptos referidos al mobiliario español, bien arraigados en nuestra cultura y memoria colectiva, que han servido de inspiración a Von Pelt en su particular interpretación de la tradición popular Española. A partir de ello, Von Pelt ha creado, especialmente para la galería Machado- Muñoz, una nueva colección de mobiliario y cerámica titulada “Castellano Brutalista”. Von Pelt es un colectivo internacional con sede en Berlín formado por diseñadores, creativos, y artesanos. En cierto modo, sus miembros son anónimos, ya que varían en función del proyecto, que se produce allá donde el producto lo requiera.

El único nombre que trasciende es el de su fundadora, portavoz y diseñadora, Desirée Mejer. Resulta inevitable intuir la influencia del arte sacro y las historias bíblicas en los muebles de latón, decorados con clavos, tachuelas, pomos, asas y remaches rescatados de ferreterías. Sin embargo, para su creación han intervenido otras referencias como la película Edipo Rey de Piero Paolo Pasolini.

El bargueño (el más genuino mueble español) ha sido la fuente de inspiración para las cómodas, y podemos observar cómo, en las piezas de latón, (entre las cuales algún espejo podría haber sido rescatado de un palacio Mudéjar), la demasía de los brillos dorados del latón se ve desagraviada con las marcas de su superficie, remitiendo a una semiótica visual en la que estas protuberancias son “heridas de Guerra y cicatrices a la vez que joyas de Castilla”.

Cargados de referencias históricas, literarias, y hasta legendarias, “el mueble-arca ha cambiado de propietario en muchas ocasiones, y sufrido los golpes y magulladuras de la lucha por su posesión.” “Aunque al final esto son sólo inspiraciones y referencias lejanas” nos cuenta Desirée Mejer. Por otro lado, el estilo “remordimiento” y la “fantasía de lo español” dan lugar a una reinterpretación de la cerámica tradicional Española, visible en los candelabros, vasijas y bodegones. Representando vanitas y mementos mori, estas cerámicas –en contraste con el latón-, resultan sobrias y austeras, lo cual se compensa con la acumulación y superposición de elementos como calaveras, cadenas, piñas…

A partir de los signos que creó el fascismo para ensalzar lo falsamente “español”, Von Pelt nos transporta a un lugar común de recuerdos colectivos. Así, reconocemos en las cerámicas laestética de mesones, El Cid o el Quijote, iconos de una simbología mítica en la que se encontraban pergaminos, cadenas, bodegones… Los ornamentos de estas piezas hacen referencia a la conexión de España y su historia con otras naciones; las piñas forman parte de nuestro legado romano y árabe y nos conectan a la América precolombina. Los numerosos pitorrosflautas nos remiten a las Guerras con Holanda, y nos invitan a llenarlos de flores, como se hacía con las tulipaneras, -floreros especialmente hechos para tulipanes que se empiezan a producir en Flandes en el siglo s. XVIII-. La pájara Cortés es un recuerdo de las figuras de perdices castellanas. Mientras que, irónicamente, la cadena es “un símbolo de la unión cultural de los pueblos dominados por España”. El resultado es una asociación libre de referencias de una conciencia colectiva de lo que es “castellano”.

Las piezas de Von Pelt destacan por el valor de la artesanía y su condición de piezas únicas, hechas a mano con métodos tradicionales. En la búsqueda de las raíces culturales y los mejores artesanos para elaborar esta colección, Von Pelt trabajó el latón en los talleres de estaño de Pedraza, y encontró en Sevilla los mejores alfareros. El resultado de esta forma de trabajo son piezas de gran maestría, elaboradas con el conocimiento y dominio de la técnica, a la vez que elegantes y bien construidas.

Prólogo José Fernandez Pacheco

«Un gusto dominado por el clima de España, donde el blanco y el barro lo inundan todo sin más compromisos en el uso del color…» Así describe Cecil Beaton en en «The glass of Fashion» (Weidenfeld & Nicolson, Londres, 1954) las habitaciones de la Duquesa de Lerma en Tavera (Toledo) y es así como imaginé la sala castellano brutalista ideal, digna de acoger las piezas de Von Pelt cuando las vi por primera vez en la galería Machado-Muñoz. Read more

Y es que Beaton (en su visión foránea), destaca del estilo castellano las pocas concesiones a lo frívolo, esa pureza tan difícil de romper… Han tenido que pasar unos cuantos siglos para que unas piezas de latón dorado, clavos oro y remates en forma de cardo borriquero, se atrevan a irrumpir en el letargo castellano de un modo tan brutal y necesario. Sólo la pureza dorada de esta especie de sagrarios sacados de una iglesia a tres segundos del Apocalipsis, pueden colarse sin frivolidad alguna entre los espesos muros que refrigeran La Mancha en una siesta de verano.

Latón dorado tocado por una rendija de luz, calor y silencio en los interiores de este planeta tan absolutamente despoblado que nos plantea este grupo de artistas. Hablan a través de sus bargueños insólitos, de una civilización más allá de la nuestra, con un pie en el Edipo Rey de Passolini y otro en las culturas precolombinas de las que derivan sus cerámicas. Estas vasijas, que parecen sacadas de un memento mori barroco-extraterrestre, han sido tituladas por este grupo como «fantasía de lo español» y están traídas a 2016 a través de un ejercicio que consiste en reivindicar la artesanía española para el mundo futuro. Zurbarán, el Mío Cid o la mismísima duquesa de Lerma, se reflejan ya en este conjunto de espejos que seguramente no acaben presidiendo una cámara castellana como imaginé la primera vez que los vi, pero seguro inundarán el lugar que presidan, de ese espíritu de pureza, contundencia y dignidad del estilo castellano en su lectura más brutal.

 

José Fernández Pacheco.